CO-WORKER PORTRAIT
002 03122003 |
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El cerebro tiende a clasificar todo lo que percibimos
en los archivos que ya tiene abiertos, pero puede verse necesitado
a abrir
otros nuevos porque, de otro modo, podríamos no ver lo que no nos encaja.
Atención pues: hemos de hacer todos un esfuerzo y reconocer que la
imagen del mundo real se forma con las aportaciones de todas las visiones
parciales. Nuestra percepción podría llegar a ser - y es mucho
- la más aproximada a la realidad, pero siempre sería incompleta.
Centrándonos en nuestras organizaciones, no parece caber duda de que
el progreso de las mismas pasa, entre otras cosas, por la mejora y sintonía
de los modelos mentales de sus personas, en comunión de horizontes
e intereses. Repetimos: el desarrollo de las personas y de sus organizaciones
pasa, entre otras cosas, por la mejora de los modelos mentales. Y, ¿cómo
mejorar los modelos mentales? Cultivando la escucha, la observación,
el pensamiento reflexivo y la conversación inteligente. Y, ¿qué
es la conversación inteligente? Llámesela como se quiera, pero
nos referimos a aquella en que, mediante la práctica equilibrada de
la indagación y la alegación, las personas acaban viendo cosas
que antes no veían, y tomando, en su caso, decisiones más acertadas.
En definitiva, sometemos al lector la conveniencia de ensanchar nuestros horizontes.
"Los libros no se pierden al prestarlos, excepto aquellos que tenias
un interés especial en conservar." Corolario de Atwood
No cabe duda, la materia prima con la que se trabaja en la Universid
ad es el Conocmiento. Su adquisición, análisis y creación
son las tareas realizadas todos los días en las instituciones de enseñanza
superior. Ante esta realidad, la Biblioteca se convierte en un lugar estratégico,
en donde todo el conocimiento acaba por ser adquirido, almacenado, procesado
y difundido de alguna forma. ¿Se imaginan una Universidad sin bibliotecas?.
Claro, también hay coches que funcionan sin gasolina. Pero por ahora
no han demostrado ser una alternativa. Igual pasa con las bibliotecas. Son,
si no el corazón, un órgano vital y estratégico para
el funcionamiento de la Universidad en todas sus vertientes. Veamos a continuación
por qué.
LA UNIVERSIDAD DEL SIGLO XXI:
Que la Universidad está cambiando es evidente. La transformación
que está sufriendo en todos los campos es tan clara que nadie podrá
seguir entendiéndola con los mismos esquemas de hace unos años.
Desde el punto de vista del Conocimiento, las referencias de su influencia
en los cambios de la Universidad son evidentes y explícitos:
En el Documento Marco del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
de 2003: La Integración del Sistema Universitario Español en
el Espacio Europeo de Enseñanza Superior , se afirma, con rotundidad
que El desarrollo de la Sociedad del Conocimiento precisará de
estructuras organizativas flexibles en la educación superior, que posibiliten
tanto un amplio acceso social al Conocimiento como una capacitación
personal crítica que favorezca la interpretación de la información
y la generación del propio Conocimiento.
En el mismo Documento Marco, se declara La Sociedad del Conocimiento
requiere innovaciones y cambios en las formas tradicionales de formación,
producción, comunicación de la información y en el acceso
a servicios públicos o privados
También la misma Ley Orgánica de Universidades , en su exposición
de motivos, aclara que resulta necesaria una nueva ordenación
de la actividad universitaria que permita a las universidades abordar, en
el marco de la Sociedad de la Información y del Conocimiento, los retos
derivados
de la innovación en las formas de generación y transmisión
del Conocimiento.
Por tanto, el siglo XXI comienza para las Universidades con un reto de cambio
tan notable o relevante como el que pudieron haber sufrido en épocas
anteriores con el acceso universal de la población a la educación
superior o con la descentralización del Estado de las Autonomías
o, más lejos en el tiempo incluso, con la incorporación de la
tipografía al mundo universitario.
El cambi
o no es banal. Requerirá tiempo, adaptación, proyectos fracasados,
universidades transformadas y, quién sabe, quizás víctimas
profesionales.
En cualquier caso, puede que la misión principal de la Universidad
no cambie tanto como parece: la Carta Magna de las Universidades Europeas
firmada por la CRUE en 1988 afirma en sus principios fundamentales que La
libertad de investigación, de enseñanza y de formación
son el principio fundamental de la vida de las Universidades y que Las
Universidades ven, tanto en el intercambio recíproco de información
y documentación como en la multiplicación de iniciativas científicas
comunes, los instrumentos fundamentales para un progreso continuo de los Conocimientos.
Por lo tanto, a tenor de esta especificación, la Gestión de
la Información y la Gestión Documental son pilares básicos
para el progreso de los Conocimientos en la Universidad.
Mi opinión al respecto es: los principios no han cambiado, siguen siendo
los mismos. Se sigue pretendiendo la misma misión y objetivos que antes
pero queda claro que deben imponerse métodos nuevos, nuevas formas
de trabajar, de gestionar, de investigar, de impartir docencia, de estudiar.
Debe cambiar todo para que todo siga igual.
EL CAMBIO EN LAS BIBLIOTECAS UNIVERSITARIAS:
Era inevitable el cambio también en las Bibliotecas Universitarias,
tan íntimamente ligadas a la misión, visión y objetivos
de la Universidad. Dentro de la disparidad de definiciones aportadas por cada
Universidad de lo que ha entendido como servicios bibliotecarios, dentro de
su autonomía reconocida constitucionalmente , la mayoría ha
vinculado su misión al apoyo a la docencia, la investigación
y el estudio. En todos los Estatutos ha sido recogido esta definición
y delimitación, lo cuál supuso, de por sí, un reconocimiento
mismo a la importancia de este servicio para la comunidad universitaria a
la que servía.
Sin embargo, la situación ha cambiado con la nueva Ley Orgánica
de Universidades y el desarrollo normativo al que se ven sometidas todas las
universidades españolas, a partir de ahora, empezando por sus estatutos.
Una de las novedades de la LOU es la desaparición de los servicios
universitarios como parte de la estructura de la Universidad. Aunque está
recogida su reglamentación, este hecho ha supuesto que, en algunos
estatutos de universidades, no aparezcan explícitamente recogidos sino
que sean regulados por artículos generalistas definitorios de las condiciones
generales por las que deben regirse todos los servicios creados por la Universidad.
La Biblioteca universitaria entra dentro de este grupo. Por lo tanto, supondría
un paso atrás en el reconocimiento de un servicio tan básico,
trascendental y vital para la vida universitaria.
Aún así, la mayoría de las universidades han mantenido
este reconocimiento y han expresado en su norma fundamental su perspectiva
sobre
la naturaleza de este servicio. Por ejemplo, la Universidad Carlos III de
Madrid -una de las pioneras en la elaboración de sus nuevos estatutos-
recoge su Título V entero dedicado a los servicios universitarios y
en su artículo 165, con 5 apartados, lo dedica exclusivamente al desarrollo
normativo de la Biblioteca Universitaria. Otro ejemplo es la Universidad Complutense
de Madrid: en su artículo 198 hace lo mismo.
A este respecto, REBIUN , órgano sectorial de la CRUE, en el marco
de su Plan Estratégico 2003-2006, se propuso aprovechar este momento
histórico para recomendar una definición de Biblioteca Universitaria
acorde con las nuevas necesidades planteadas en la Universidad, dentro de
criterios de calidad y, sobre todo, de enfoque de las actividades bibliotecarias
hacia el estudiante, convertido en el eje principal. De hecho, la Biblioteca
Universitaria deja de ser un mero servicio de apoyo a la docencia, la investigación
y el estudio, para convertirse en un centro de recursos docentes y de investigación
accesibles desde cualquier lugar y en cualquier momento para cualquier miembro
de la comunidad universitaria. El enfoque cambia radicalmente: de ser un servicio
de apoyo a centro de recursos diseñados según las necesidades
de sus usuarios. La intención de REBIUN era darle la máxima
difusión a esta recomendación para tenerla en cuenta a la hora
de la redacción de los estatutos por cada Universidad. La definición
exacta que propone es: La biblioteca es un centro de recursos para el
aprendizaje, la docencia, la investigación y las actividades relacionadas
con el funcionamiento y la gestión de la Universidad / Institución
en su conjunto.
La Biblioteca tiene como misión facilitar el acceso y difusión
de los recursos de información y colaborar en los procesos de creación
del Conocimiento, a fin de contribuir a la consecución de los objetivos
de la Universidad / Institucionales.
Estaríamos ante la propuesta de un nuevo modelo de Biblioteca Universitaria,
como parte activa en el aprendizaje y la investigación cuyo papel sería
proporcionar un sistema de recursos, accesibles remotamente sin las limitaciones
espaciales o temporales, gracias al uso de las nuevas Tecnologías de
la Información y la Comunicación.
Los cambios se producirán de forma muy lenta, aunque ya hay ejemplos
claros y desarrollados de lo que vendrá. En la mayoría de las
universidades españolas se están preparando y han comenzado
la transformación. Por ahora, la mayoría tan sólo se
ha limitado a ofrecer los mismos servicios presenciales de siempre a través
de Internet. Aún no se han percatado de la necesidad de cambiar la
estrategia de negocio, la perspectiva, el enfoque. Piensan que
la transformación es virtualizar los recursos y servicios ahora ofrecidos,
sin abandonar los esquemas de trabajo de siempre: centrarse en los procesos,
la virtualidad como complemento de la presencialidad, posición estática
en la que el acercamiento lo hace el usuario y no al revés, etc.
En mi opinión, sólo una Biblioteca universitaria en el Estado
Español ha conseguido la transformación correcta y más
avanzada. Me refiero a la Biblioteca Universitaria de la Universitat Oberta
de Catalunya. De principio ha cambiado el enfoque, al igual que la Universitat
entera. El estudiante es el centro de la estrategia de negocio.
En virtud de este condicionante se desarrollan todas las actividades, diseñan
los servicios y ofrecen los recursos. Es la auténtica CRAI como la
define REBIUN, o por lo menos, es lo más intrínsecamente parecido.
Desde el propio ordenador y desde casa, el usuario puede usar y acceder a
todos los recursos y servicios, a diferencia de cualquier otra universidad.
Incluso el acceso a las bases de datos comercia
les contratadas, son consultables desde el Campus virtual
de la UOC, si el usuario se identifica como miembro de la comunidad universitaria.
Por ahora, no conozco el caso de ninguna otra biblioteca universitaria que
ofrezca este servicio fuera de sus propias instalaciones físicas, ni
siquiera a través de accesos a los campus virtuales, como en la UOC,
excepto casos concretos de cursos de postgrado, masters, etc.
LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA BIBLIOTECA UNIVERSITARIA:
Si la materia prima de la Universidad es el Conocimiento, la Biblioteca Universitaria
es el lugar en donde se recopila, organiza, procesa, mantiene y difunde el
Conocimiento. Por lo tanto, el valor estratégico es evidente. De la
gestión más o menos eficaz de este servicio, se determinará
el mayor o menor aprovechamiento de su materia prima: el Conocimiento, por
lo tanto, de su productividad y rentabilidad académica, docente e investigadora.
Por otro lado, si la Gestión del Conocimiento tiene como pilares fundamentales
la Gestión de la Información y la Gestión de los Recursos
Humanos, en las bibliotecas universitarias están instalados esos pilares.
Si de algo saben los bibliotecarios / as es precisamente de gestionar la información.
De hecho, es tanta la experiencia en la gestión de este recurso que
la propia REBIUN pretende, en su línea estratégica nº1, convertir
la Biblioteca Universitaria en un Sistema de Recursos para la planificación
de un sistema de información único para toda la Universidad.
Tanto a nivel de desarrollo de los procesos como de atención a los
usuarios, la Biblioteca universitaria es el principal foco de la Gestión
de la Información. Desde una interpretación propia de la Teoría
de la Comunicación, podemos entenderla como la recopilación,
la organización, el mantenimiento y la difusión, dentro de un
contexto, de los datos representados en documentos, con el fin de transmitir
significados que los usuarios transformarán en Conocimiento. Davenport
y Prusak (1998) hablan de acceso, organización, fijación y transferencia
del Conocimiento.
Pero a pesar de la gran experiencia, surgen retos importantes analizados muy
pobremente: si esto es lo que se entiende por Gestión de la Información,
sólo podrán contribuir las Bibliotecas Universitarias a la gestión
de la información explícita. Deberían, sin
embargo, buscarse fórmulas para gestionar la información
tácita para explicitarla. Es un auténtico reto: en un
futuro, las Bibliotecas univ
ersitarias deberán gestionar foros de discusión, encuentros
entre estudiantes y profesores fuera de las aulas, encuentros entre estudiantes,
personal docen
te e investigador y profesionales de la información, crear bases de
datos de apuntes, desarrollar servicios de referencia digitales más
allá del mero correo electrónico (chat, videoconferencias, etc.).
Quizás muy pronto las Bibliotecas universitarias trabajen más
concienzudamente en temas relacionados con la arquitectura de la información
y los relacionados con los sistemas de recuperación de la Inform
ación.
Es función básica de la Gestión de la Información
realizada en las Bibliotecas Universitarias provocar el uso de la información
para que se convierta en Conocimiento. Deben gestionarse los flujos para crear
Conocimiento. El profesional de la información debe pasar de la Gestión
de la Información a la Gestión del Conocimiento y cumplir así
su misión en su totalidad. No debe limitarse a proporcionar una serie
de referencias bibliográficas o el acceso a los documentos, sino también
evaluar las fuentes de información y analizar la información
entregada al usuario. Por eso es tan importante que el bibliotecario / a conozca
no sólo las técnicas documentales de recuperación de
la información y las fuentes de información, sino también
la terminología, escuelas, tendencias y evolución de la rama
del saber específica. La figura del bibliotecario /a temático
/ a responde a este criterio, centrado en un campo del Conocimiento específico
más que en los procesos técnicos de la Biblioteca.
Además, dependiendo de la Gestión de los Recursos Humanos de
la Biblioteca Universitaria, podrá aprovecharse más o menos
el Conocimiento medido en experiencia y preparación- de los profesionales
de la información que trabajan en las Bibliotecas Universitarias. Hasta
REBIUN está estudiando las necesidades de formación de los colaboradores
de las Bibliotecas Universitarias para establecer un plan de formación
referente para todas. Aún así, en este aspecto quedan algunos
apuntes importantes por superar, como por ejemplo la alta temporalidad y la
falta de preparación técnica y vocacional.
En este sentido, una de las mayores dificultades a superar es la falta de
una cultura de compartición del Conocimiento. Ya se sabe,
en casa de herrero ... Quizás la memoria histórica de custodiadoras
del Conocimiento y la reticencia habitual en cualquier institución
a compartir un recurso considerado cercano al poder, si se oculta, suponga
un obstáculo importante para conseguir la Gestión del Conocimiento
necesaria en las Bibliotecas universitarias. Todos los bibliotecarios / as
saben que el préstamo de libros no supone perderlos sino cumplir con
un objetivo de las Bibliotecas. Compartir los libros no es perderlos. Ahora
falta que se conciencien de lo mismo sobre el Conocimiento.
Y, a pesar de los trucos y técnicas de gestión administrativa
o empresarial us
Formulación e Implantación de la Estrategia a través
del Balanced Scorecard * Misión. el lector identificará aquí una de las cinco disciplinas
señaladas por Peter Senge al postular la learning organization.
Aunque el término modelo mental parece haber sido
acuñado por el psicólogo escocés Kenneth Craik
hace unos 60 años, traemos aquí una definición
actual de David Hutchens: Los modelos mentales son básicamente
creencias profundamente arraigadas, imágenes y supuestos, que
poseemos acerca de nosotros mismos, de nuestro mundo, de nuestras
organizaciones y de cómo encajamos en ellas. (Quizá
el término haya sido acuñado por Craik, pero el concepto,
como no podía ser de otro modo, ya se manejaba por filósofos
de la Antigüedad). , nos ata, aunque no seamos muy conscientes de ello. Por supuesto
que no estamos siempre equivocados, pero sí podemos decir que
nuestra visión de la realidad es siempre incompleta. Durante
la meditación o reflexión podemos tomar conciencia de
ello, si conseguimos lentificar nuestra galopada mental y validar
cada paso. |